lunes, 9 de abril de 2018

LOS DOLMENES DE VALENCINA DE LA CONCEPCIÓN (Sevilla).


La provincia de Sevilla aúna una de las zonas megalíticas más importantes de Andalucía, aún por valorar o conceptualizar. En pleno Aljarafe sevillano se encuentra  una serie de construcciones funerarias como son: el dolmen de Pastora, Matarrubias, Ontiveros y Montelirios. Hoy día sólo son visitables por el público, el dolmen de la Pastora y Matarrubilla. 
Pero para visitar estos dólmenes primero pasaremos por la casa de la Cultura, donde se encuentra emplazado el Museo o Centro de Recepción para los visitantes; aquí, se puede visionar un vídeo de los dólmenes y visitar el Museo, que ofrece una visión de las comunidades que habitaron este lugar, quedando reflejado sus modos de vida y de trabajo.
En lo que hoy conocemos como Valencina de la Concepción se asentaba, desde finales del IV milenio, un poblado de comunidades campesinas pertenecientes a la Edad del Cobre, que adquirieron un gran avance tanto agrícola como ganadero y que disponían de una gran riqueza y diversidad ecológica, ya que administraban  recursos costeros, marinos, fluviales, forestales y mineros. Estos factores conllevan que estas comunidades tengan un crecimiento tanto demográfico como de agregación sociopolítica.
El tholo, de la Pastora, fue descubierto en 1860, en la finca “Divina Pastora”, de ahí, su nombre. Consta de un largo corredor que conduce a una cámara circular. El corredor está construido por una serie de hileras de pizarra superpuestas desde el suelo y cubierta por ortostatos de caliza y granito. Este largo pasillo se encuentra dividido en cuatro tramos separados por grandes dinteles. El suelo está pavimentado con  piedras.
La cámara está rematada con una gran losa de granito y perfectamente calzada. A media altura dispone de una pequeña hornacina, dónde posiblemente se colocaría las  ofrendas. Los elementos de ajuar que se han podido recuperar son puntas de flecha de sílex, vasijas, cerámicas, láminas de oro, cuentas de collar y puntas de jabalina de cobre.
Nos encontramos ante un dolmen que tiene unas características propias, como son su monumentalidad, la técnica constructiva empleada, su diseño, y una orientación que le confiere unas peculiaridades únicas en el mundo megalítico peninsular. Sin embargo, aún no se han realizado excavaciones sistemáticas, dataciones, posición de la asociación de los restos humanos, de las ofrendas, estudio científico de su industria lítica…
A poca distancia, de este dolmen, se encuentra el de Matarrubilla, también visitable, descubierto en 1917. Igualmente, consta de un largo corredor y una cámara circular. 
En la cámara se encuentra un gran bloque de mármol negro que posiblemente cumplió las funciones de altar. A diferencia del dolmen de la Pastora, éste sí fue excavado, primero por H. Obermaier y posteriormente por F. Collantes de Terán. La cámara había sufrido un gran expolio y sólo se pudo recuperar algunos restos de huesos humanos y herramientas de industria lítica, fragmentos de laminillas de oro, marfil, cuentas de collar. Según su registro, se le considera más un templo, además de sepulcro.
Desde hace bastantes años, esta zona arqueológica, tiene la suerte de contar con la Asociación “Los Dólmenes”, que vela por la puesta en valor de la zona.  
También colaboran en la  celebración una serie de Jornadas, por parte de la comunidad científica, para analizar la situación de abandono en la cual que se encuentra la zona arqueológica, de los municipios de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán, términos municipales donde se sitúan los principales yacimientos arqueológicos. 
Creo que es muy luctuoso que una zona arqueológica de la categoría de Valencina se encuentre en tal situación, cuando su patrimonio arqueológico le da un importante valor de identidad.  Son sus Instituciones administrativas las que deberían de velar, proteger y conservar su Patrimonio, que es un bien de toda la Humanidad. Mientras que, la sociedad no considere el Patrimonio Histórico cómo que es de todos, público, colectivo y propio, no avanzaremos como sociedad.













3 comentarios:

  1. Es de lamentar que riquezas tan importantes a nivel, no sólo nacional, si no creo que mundial, no se le preste la atención debida, o sea tan lenta, por parte de las instituciones públicas. Ello revaloraría el prestigio de nuestra ciudad en un ámbito un tanto dormido, del que estamos tan necesitados. Además, creo, que se produciría un sustancial incremento de la industria turística y, consecuentemente económica.

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