martes, 22 de diciembre de 2015

YACIMIENTO-MUSEO: ANTIQUARIUM DE SEVILLA

El Antiquarium, popularmente conocido por Las Setas, es un yacimiento que surge a raíz de las obras llevadas a cabo en el año 1990, en la plaza de la Encarnación, con el fin de construir un aparcamiento subterráneo, aunque este proyecto inicial fue desechado primordialmente por los hallazgos encontrados.
Este hallazgo sacó a la luz un importante asentamiento de la etapa romana de los s. I y VI d. C; así como, restos de la edad media, moderna y contemporánea. El proyecto fue realizado por el arquitecto Felipe Palomino González y las excavaciones fueron dirigidas por el arqueólogo Fernando Amores. Este proyecto acoge lo que es la parte arqueológica del yacimiento y la creación de un museo que se estructura en torno a tres grandes áreas: una zona principal que es el pasaje  arqueológico que se materializa a través de un vidrio de suelo a techo y donde se extiende los restos romanos desde Tiberio hasta el siglo VI d. C; también nos encontramos con la Sala Arqueológica donde se emplazan los restos arqueológicos encontrados y que son visibles desde las pasarelas. Y también consta de una sala multiusos que se utiliza para diferentes eventos.
El contenido de estos hallazgos están referidos a un conjunto de restos arqueológicos como son los industriales, domésticos y urbanísticos del mundo romano. En cuanto a los elementos domésticos tenemos un conjunto de domus romanas que conservan sus mosaicos y pinturas murales, entre ellas destacan las casas de la Ninfa, de Baco, de las Basas, casa de la Sigma, el Hospitium de los Delfines y de la Noria. En la casa de la Columna se observa el mosaico de la Medusa y en el Patio del Océano, una pintura mural.
Una zona del yacimiento corresponde a la época andalusí de la ciudad de los s. XII-XIII, en la que destaca una casa islámica almohade.
En cuanto a los elementos industriales se han conservado cuatro pilas de una factoría de salazones del siglo I, con restos de pescados (sardina, atún, boquerón…)
En el Antiquarium de Sevilla nos encontramos ante un nuevo modelo de conservación y visualización de nuestro Patrimonio arqueológico, además, de nuevas perspectivas de musealización. Nos topamos ante un yacimiento que ha sido cubierto y rematado por una gran membrana de vidrio, así como, de una serie de materiales arquitectónicos modernos, donde el espacio ha sido aprovechado para insertar entre las mismas ruinas una serie de vitrinas con los materiales más significativos procedentes de las excavaciones, por lo que se le  ofrece al público una visión más completa para comprender los modos de vida de estas poblaciones. Una forma actual de entender nuestro Patrimonio dando cabida, en la misma zona del depósito, a las grandes piezas arqueológicas, en un ámbito museográfico. Nos encontramos ante un museo interactivo, se encuentra todo muy bien explicado, señalizado y guiado para una completa comprensión de donde te encuentras, a través de proyecciones, atriles de pantallas interactivas, así como de diferentes tonalidades de luces que acentúan o atenúan los hallazgos.
El material que se ha utilizado en la conservación de este yacimiento  ha sido el vidrio, al ser un material transparente deja reflejar el objeto o la imagen que queremos ver. Al tratarse de un yacimiento que se encuentra en el subsuelo de la plaza, la luz juega un papel primordial en ese recinto, por lo que se ha recurrido a  una iluminación de los espacios arquitectónicos por un lado  y a una iluminación de los restos por otro, lo cual produce una serie de sensaciones al visitante y a la vez  se iluminan todo los espacios por los que te vas moviendo.
Este yacimiento/museo abrió sus puertas en el 2011 y está integrado en el recinto de Metropol Parasol de la plaza de la Encarnación de Sevilla.


Jarras con asa para agua con decoración pintada. S.X. Califato Omeya.
Enterramiento infantil en ánfora. Época visigoda.
Juego de tres en raya. Época romana.



Factoría de salazones.



miércoles, 16 de diciembre de 2015

JACQUES BOUCHER DE PERTHES: su aportación a la Arqueología.






Jacques Boucher de Crèvecoeur,  nacido en Perthes, de ahí que sea conocido como J. Boucher de Perthes, es un erudito francés que cultivó varios géneros literarios y además se interesó por la arqueología y antropología. Para comprender mejor su obra, nos tenemos que remitir al s. XIX y a su contexto socio-político e ideológico, para entender su pensamiento aperturista.
J. Boucher llega a Abbeville, en 1802 como Agente de Aduanas, en esta época esta ciudad está en plena expansión constructiva, tanto de obras civiles como militares, promovida por una sociedad burguesa y aristocrática. Para acometer  estas obras se necesitaba gran cantidad de materiales, como era la extracción de tierras de sus alrededores, dónde abundaban las turberas. Debido a la buena conservación de los materiales, que aparecían en estas turberas, se desplazaron al lugar para la observación de los mismos, varios investigadores, entre ellos, se encontraba Casimir Picard, que se establece en Abbeville en 1829, como médico rural, y como muchos de su profesión, tienen la afición por la Historia Natural, así como,  intereses coleccionistas. Esta afición por las piedras, le lleva a ser  uno de los primeros en ofrecer un análisis tecnológico y tipológico de las herramientas prehistóricas, tanto en piedra tallada, como pulidas.
A través de su trabajo empírico realizado en las graveras del Somme (Francia), Picard llegó a establecer los fundamentos de la tecnología lítica, sin entrar a hacer una valoración histórico-cultural, del contexto en el que aparecían.
Podemos decir que Picard es el que inicia a Perther, en la recogida de materiales de las conocidas “Antiguedades celtas”, en las turberas de la zona del valle del Somme. Este valle se sitúa en los terrenos del norte de Francia, con una edad cronológica del Cretácico, es uno de los sitios claves para el estudio de la secuencia del Cuaternario, porque cuenta con estratos ricos en sílex, y además ha contribuido a la presencia de un gran número de yacimientos paleolíticos.
Pero corrían los años de 1830 y Europa se debatía entre dos ideologías contrapuestas sobre el origen de los seres vivos. Por un lado estaban los de la corriente evolucionista, que consideraban que los seres vivos cambian como respuestas a las condiciones ambientales; y por otro los fijistas, que consideraban que los seres vivos no han cambiado desde su creación.
J. Boucher estaba muy concienciado por las diferentes corrientes de pensamiento, más que nada, por la influencia recibida de su padre, que era botánico, y conocedor de las teorías defendidas por Darwin sobre los humanos antidiluvianos; este interés le llevaba a recoger material  en su tiempo libre, así,  fue forjando sus habilidades como arqueólogo y geólogo. Por medio de la observación de los registros, principalmente herramientas de sílex, que iban asociadas a una colección de restos fósiles de huesos de mamíferos ya extintos, llega Jacques a determinar, que los personajes que fabrican las herramientas eran contemporáneos de los animales que se registraban en las graveras de la zona,  con estos argumentos escribe la obra: “Antiquités Celtiques et Antédiluviennes” (antes del diluvio), recogidas en tres volúmenes y publicadas en 1849, 1857, y 1864.
Esta obra podemos decir que fue la primera en incluir la existencia del ser humano en la etapa final del Pleistoceno, sin saberlo, J. Boucher estableció las bases de lo que posteriormente sería la Prehistoria.
Antes de terminar su obra, Jacques envió una copia del primer volumen a la Academia de las Ciencias, pero no recibió el apoyo, ni la aprobación científica que Perther esperaba, principalmente por la falta de registros de restos antropológicos, imprescindible para llegar a tales afirmaciones, y por la falta de rigor en los dibujos presentados; sin embargo, en 1849 la publico, ajeno a todas las críticas de la Academia.

Pasaron unos años de controversias, por la falta de consenso, entre los especialistas, y por que los acontecimientos ocurrían en una sociedad en la cual la única referencia que se tenía acerca del origen del hombre eran los escritos bíblicos. Pero, a partir de 1859 se publicó, el Origen de las especies, de Darwin; las hipótesis divulgadas por J. Boucher fueron cada vez mas aceptadas por un grupo de científicos,  encabezado principalmente por Charles Lyell; de esta forma, las teorías de Boucher van adquiriendo más popularidad.
En 1863, Jacques descubrió el yacimiento de Moulin Quignon, que presentaba una asociación de industria lítica y restos de animales extintos (elefantes, rinocerontes, etc). Pero en esta época, los obreros que trabajaban en las canteras cobraban una recompensa por facilitar el material a los coleccionistas y aficionados; y vieron una buena ocasión de obtener una buena prima, por lo que extrajeron una mandíbula de un cementerio cercano y la pusieron en la gravera dónde estaba excavando J. Boucher. Este hallazgo venía a determinar que el hombre actual había vivido en aquella región en tiempos remotos.
Ante tales decepciones y astucias, Jacques da un giro a sus investigaciones,  y determina estar presente en la excavación y llevar un control más exhaustivo de análisis de los diferentes estratos que iban apareciendo. De estos resultados vemos como, en su obra, llegó a la formulación de lo que sería la estratigrafía arqueológica, donde estableció una correlación entre los diferentes estratos y la edad de los hallazgos.
Estos acontecimientos marcaron el devenir de la ciencia prehistórica. Gracias a investigadores como J. Boucher y a sus contemporáneos se establece un sistema  cronológico cultural que será conocido como la Edad de Piedra, Edad de Bronce y Edad del Hierro que se convertirá en la primera clasificación sistemática que marcará las bases de la documentación arqueológica.
En general podemos decir, que con  J. Boucher, Ch. Darwin, G. Vallace, E. Haeckel, T.H. Huxley, se iniciaron los debates científicos entre antropólogos conservadores y liberales; así como, la utilización de nuevas metodologías aplicadas a la ciencia prehistórica. También, se fue abriendo paso hacia un tipo de análisis, más científico, donde los estudios del origen del hombre se apoyaron más en la geología y la paleontología. Con él, el estudio de los registros fósiles de animales, así como, la industria lítica adquieren un contexto socio-cultural, además de colocar a los seres humanos en el Pleistoceno y principios del periodo Cuaternario. Por todo ello, a J. Boucher se le ha considerado el padre de la Prehistoria, por llamar la atención del mundo científico hacia los registros fósiles y darles un contexto arqueológico.




Dibujo de un perfil estratigráfico extraído de Antiquités.





martes, 1 de diciembre de 2015

MARATHOUSA 1: un cazadero de mamíferos.

Un grupo de arqueólogos griegos y alemanes ha descubierto  un área de matanza de mamíferos cerca de la ciudad de Megalópolis, en Grecia.
 Marathousa 1, es un yacimiento al aire libre, situado en la orilla de lo que era una cuenca lacustre, y donde elefantes y demás mamíferos desarrollaban su vida y los homínidos llevaban a cabo sus actividades de explotación de los recursos animales.
Su descubrimiento es clave para el conocimiento de los desplazamientos de las sociedades de cazadores-recolectores del Paleolítico Inferior, en Grecia y en Europa.
El equipo de excavación dirigido por el Dr. E. Panagopoulou han extraído un esqueleto casi completo de Elephas antiquus, especie extinta en Europa, también se han recuperado dientes, mandíbulas y restos postcraneales de mamíferos como cérvidos, bóvidos y micromamíferos, asociados a herramientas líticas.
Los restos óseos del elefante presenta marcas de corte, lo que indica que el animal fue cazado o capturado y posteriormente descuartizado y comido, por los grupos humanos del Paleolítico. La cronología del yacimiento se sitúa en el Pleistoceno Medio, entre el 600.000 y 300.000 años.

Referencia:


E. Panagopoulou et al, 2015: Marathousa 1: un nuevo yacimiento arqueológico del Pleistoceno Medio en Grecia. Antiquity,89.


Situación geográfica del yacimiento y columna estratigráfica. 
Vista de los restos óseos de elefante

Marcas de corte producidas por material litico
Herramientas líticas del yacimiento de Marathousa.